Desconocemos documentalmente el momento exacto en que comienza la construcción del templo parroquial. Tenemos noticias ciertas de su existencia el año 1100, como centro religioso y también defensivo del Burgo Nuevo o Población de San Nicolás, el tercero de los núcleos medievales de Pamplona, tras la Navarrería y San Cernin.
Durante la Edad Media fueron frecuentes los enfrentamientos entre los tres burgos pamploneses. El año 1222, los de San Cernin quemaron la iglesia de San Nicolás, que sería reconstruida y consagrada el día de Santa Cecilia de 1231, bajo el reinado de Sancho VII el Fuerte, en un periodo de gran auge constructivo en Navarra. De nuevo en 1276 sufrió graves daños en la fábrica, durante la denominada guerra de la Navarrería.
A lo largo de los siglos XIII y XIV se construye la torre que hoy conocemos, aunque recortada en altura poco después de la invasión de Asparrot en 1521, junto con otras torres hoy desaparecidas; estas torres reforzaron su aspecto de fortaleza defensiva, por su situación junto al muro exterior de la ciudad. El otorgamiento del Privilegio de la Unión por el rey Carlos III el Noble en 1423, que trajo la unión de los tres Burgos medievales, acabó con las disputas internas y supuso un nuevo impulso en la arquitectura de San Nicolás, en el momento en el que se construía la actual catedral gótica de Pamplona.
Situada en la esquina formada por la calle San Miguel y la plaza de San Nicolás, se contempla la gran torre almenada de época medieval, reforzada entre 1340 y 1346 y parcialmente destruida en el primer tercio del siglo XVI. Sobre la impresionante sillería medieval se levantó en el siglo XVIII el actual campanario de ladrillo, coronado por un templete abierto, añadido en el siglo XIX. Por último, la intervención historicista realizada por el arquitecto José Martínez de Ubago entre 1924 y 1925, le añadió el coronamiento de matacanes que nos recuerda su aspecto guerrero y medieval.
Fue la entrada principal. Construida a comienzos del siglo XIII, de estilo transición del románico al gótico, con arco apuntado que se multiplica en seis arquivoltas y cuatro baquetones sobre capiteles de decoración vegetal y claves ornadas con el Cordero místico y el Crismón.
La fachada exterior que se eleva sobre este pórtico culmina en un gran arco de descarga apuntado que alberga el magnífico rosetón gótico del siglo XIV, aunque con intervenciones posteriores, decorado con tracería de cuadrifolios.
También de comienzos del siglo XIII, con arco apuntado con dos arquivoltas, que se apoyan en capiteles muy sencillos de decoración vegetal, sobre columnas lisas con basamentos cuadrados.
Arrancan de la puerta de San Nicolás y continúan bordeando todo el perímetro del templo, hasta la confluencia con el paseo de Sarasate. Sustituyeron a otros anteriores de ladrillo, obra probable del siglo XVII. Su artífice principal fue el arquitecto Ángel Goicoechea, sobre un proyecto anterior de Blas Iranzo y Florencio Ansoleaga. Se construyeron entre 1882 y 1891. Constan de una secuencia de quince arcos apuntados de estilo neogótico y decoración neomedieval.
También obra de Goicoechea, sigue el mismo estilo neomedieval, con cuerpo de ladrillo y alternancia de ventanas de medio punto y ojivales. Destaca, en el inicio de la calle San Miguel, la representación en piedra del sello del documento de partición entre el burgo de San Cernin y la población de San Nicolás.
Construida por el mismo arquitecto en 1889, para facilitar una nueva entrada al templo desde el recién urbanizado Paseo de Valencia, hoy llamado de Sarasate. El frontis, realizado en piedra, consta de un gran arco apuntado al que enmarcan dobles columnas que dan paso al cuerpo de remate, presidido por un relieve con la figura de San Nicolás. A través de este arco se desciende a un pórtico cubierto por una bóveda de crucería. La fachada exterior remata en la parte superior, correspondiente al lado sur del crucero, en una secuencia de cinco ventanales, con remate de medio punto, terminados en 1902.
Es una de las estructuras de la iglesia medieval que se mantiene sin alteraciones de importancia. Construida bajo el reinado de Carlos III (1387-1425). De formato poligonal, cuenta con tres grandes ventanales apuntados, separados por unos enormes contrafuertes. En la continuación de la cabecera hacia la plaza de San Nicolás aparece una torre cilíndrica y almenada, denominada de Santa Ana, rehabilitada en la intervención historicista de Martínez de Ubago en 1925.
El aspecto que hoy presenta el interior, completamente restaurado en dos fases (1982-1986 y 2001), corresponde a una construcción de comienzos del siglo XIII, en estilo románico tardío, tan en auge entonces en Navarra, aunque la cabecera así como las bóvedas de la nave central y del crucero, son de estilo gótico, levantadas entre 1387 y 1425, bajo el reinado de Carlos III.
El templo conserva el viejo suelo de madera de roble, de mediados del siglo XVIII, con las sepulturas numeradas, aunque en la actualidad ya no contienen restos; destacan al pie del altar las que contienen los escudos de armas de varias familias nobles pertenecientes a la parroquia, como los Apezteguía-Barberena, Saralegui, Vidarte-Mendinueta y en piedra (junto a la puerta de la sacristía) la delos Echalaz, de 1677.
Preside el templo un magnífico Crucificado de tipología gótica, del siglo XV, cuyo rostro transmite serenidad, enmarcado con detalles ornamentales de un retablo del siglo XVIII. Debajo del mismo se han colocado nueve sitiales provenientes de la antigua sillería del coro, realizada en el siglo XVIII, en estilo rococó. En el respaldo del sitial del centro presenta la imagen de la Inmaculada.
Suspendida en el pilar de la Epístola aparece la imagen renacentista de San Nicolás, talla del segundo tercio del siglo XVI, procedente del antiguo retablo mayor, al que se representa sentado en su sede episcopal, en actitud de bendecir, con los tres jóvenes en un cubo, salvados por su intercesión, a sus pies.
Antes de adentrarnos en esta nave, destacamos a los pies de la nave principal, a ambos lados de la puerta de San Miguel, sendas tallas pequeñas con las imágenes de Santa Lucía y San Sebastián, ambas del siglo XVII.
En el coro, al pie del rosetón, se sitúa el monumental órgano barroco, cuya caja fue construida el año 1769.
Ya en la nave lateral izquierda, en las escaleras que suben al coro, se ha situado la pila bautismal de finales del siglo XVI. Cuelga del muro un lienzo con la imagen de San Juan y la Virgen, realizado en 1662 por el pintor Juan Claver, y a sus lados dos ángeles con los atributos de la pasión del Señor. Al fondo aparece una vidriera reciente con la imagen de Santiago apóstol peregrino.
Recoge la imagen del Crucificado (170 X 120) del siglo XVIII, acompañado por una talla de la Dolorosa, también del siglo XVIII, con un enmarque dorado de la primera mitad del mismo siglo. Enfrente se encuentra una talla moderna de San Antonio de Padua.
Tanto la puerta norte como la sur están protegidas por una cancela de madera del siglo XVIII, decorada con temas vegetales barrocos.
La capilla del crucero la ocupa el retablo de la Virgen del Pilar, realizado en mármol en Zaragoza en 1940, sobre la base de otro anterior construido en 1912, réplica del de la Santa Capilla. A imitación de su homónima aragonesa, se le incorporaron también en 1940 unos relieves laterales con las escenas de Pentecostés y la Asunción. En el friso de la capilla aparecen en bronce una serie de fechas emblemáticas en la historia del culto a la Virgen del Pilar en Pamplona: 1433 (fundación de la Real Orden de Santa María del Pilar por la reina Doña Blanca de Navarra), 1679 (fundación de la Cofradía pamplonesa de Nuestra Señora del Pilar), 1907 (creación de las Damas de la Corte de Honor) y 1940 (año de construcción del altar, en conmemoración del XIX centenario de la venida de la Virgen en carne mortal a Zaragoza).
En el 2005 se realizó una rehabilitación integral de la capilla, colocándose los dos jarrones de porcelana china y los escudos de Navarra y de la Real Orden de Santa María del Pilar.
Corona la capilla una vidrieracircular con la imagen de San Nicolás obispo, montado en una barca como patrón de los navegantes y otra lateral que representa a la Virgen del Pilar.
Construido en 1738 por José Pérez de Eulate, de estilo ornamental rococó. Presenta en el centro la imagen de Santa Ana, llevando de la mano a su hija, la Virgen Niña. En la parte superior del retablo aparece San Martín de Tours a caballo, partiendo su capa con un pobre. A la izquierda aparece el diácono San Lorenzo con la parrilla de su martirio y a la derecha el cardenal San Jerónimo. Encima del retablo aparece una vidriera ojival que representa la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel.
Al fondo de esta capilla, se ha colocado la pila bautismal, de construcción reciente en estilo neorrománico. Cuelgan de los muros una serie de mosaicos: Bautismo del Señor, procedente del antiguo baptisterio, y San Francisco Javier, San José, San Juan Bautista, San Fermín y las virtudes cardinales, procedentes del antiguo retablo mayor y de los antiguos púlpitos, construidos, respectivamente, en 1905 y en 1914, bajo la dirección de Ángel Goicoechea.
Situado junto a la cancela de la entrada sur, y construido en 1678, de estilo barroco, y restaurado en el 2005, contiene en el centro la imagen del Corazón de Jesús, de finales del siglo XIX, a la izquierda una magnífica talla sedente del papa San Gregorio, del siglo XV y a la derecha otra talla similar de San Fermín, del siglo XVIII. En la parte superior aparece el lienzo de San Ramón Nonato, mostrando la Sagrada Custodia, acompañado por otros lienzos más pequeños de San Miguel a la izquierda y San José a la derecha.
Situado en el muro frontal del brazo del crucero y fechado en 1721, obra barroca de Fermín de Larráinzar, contiene la imagen de la Inmaculada, San Mauro y en el ático un lienzo de la Dolorosa.
Situado en frente del anterior y gemelo del mismo, pues fue realizado por el mismo autor. Contiene de abajo a arriba, las imágenes de San Antón, San Eloy y San Francisco Javier. En el propio retablo una inscripción hace constar que fue realizado por la devoción del gremio de los zapateros.
Situada entre los dos retablos anteriores, en la hornacina del crucero. Es una imagen pétrea de estilo gótico, perteneciente al segundo cuarto del siglo XIV, en la que María sostiene a Jesús con la mano izquierda, agarrado al cuello de su madre, mientras que con la otra le presenta un pájaro. Sirven de fondo unos fragmentos de pintura mural de la misma época, procedentes de los pilares del crucero.
A los pies de la Virgen aparecen dos ángeles en piedra y las antiguas campanas de la torre, del siglo XVI.
Encima de la hornacina cuelgan dos escudos de madera policromada de comienzos del siglo XVI, y que corresponden a las armas de las familias Motza y Ezpeleta. Encima de esta capilla se abre un óculo en forma de ojo de buey con una vidriera con la inscripción latina Concilii sancti sigilum, que recoge el sello de la población de San Nicolás.
Gemelo del de Santa Ana (1738), de estilo barroco. Presenta en el centro, sobre un sagrario con el Corazón de Cristo, la talla de San Miguel y encima de éste la de San Rafael. A la izquierda aparece la talla de San Ignacio de Loyola y a la derecha la de San Francisco Javier. Sobre el retablo si sitúa una vidriera ojival que contiene de nuevo la imagen del arcángel San Miguel.
A continuación, en el interior de una hornacina, se localiza la talla de San Blas, del siglo XVIII.
Encima aparece otra ventana ojival con la vidriera que representa la coronación de la Virgen Inmaculada por la Santísima Trinidad.
La precede un pequeño recibidor, decorado con las tallas de San Pedro y San Pablo, y dos mosáicos, procedentes todos ellos de los antiguos púlpitos de 1914.
La sacristía es una pieza rectangular construida en el siglo XVIII; alberga sobre la cajonera un Calvario de finales del siglo XVI, compuesto por el Crucificado, la Virgen y San Juan. A ambos lados del mismo, las vidrieras recogen el misterio de la Anunciación. En los muros laterales cuelgan dos lienzos barrocos, de la segunda mitad del siglo XVII, que representan a la Inmaculada y a Cristo, ofreciendo en Getsemaní su Pasión al Padre por la salvación del mundo. En el muro que da acceso a la antigua sacristía gótica del siglo XV (26), cuya mitad de bóveda gótica fue descubierta en la rehabilitación del año 2005, cuelga un lienzo del siglo XVII que representa a San Martín de Tours a caballo partiendo la capa con un pobre. Completan la rica ornamentación de esta estancia cuatro espejos, dos rococós de madera policromada del siglo XVIII y otros dos de estilo más ecléctico, ya decimonónicos. En el campo de la pintura hay que mencionar cuatro cobres del siglo XVII, que representan a Santo Tomás, San Miguel, y la Aparición de la Virgen a San Antonio y a Santo Domingo en Soriano.
Esta mitad de bóveda fue descubierta en la rehabilitación del año 2005.
Las dependencias situadas junto a los contrafuertes de la cabecera gótica albergan un retablo moderno, de recuerdos góticos, con la talla de San Nicolás y tablas que representan a los santos más importantes del santoral navarro: Santa María la Real, San Miguel, San Saturnino, San Fermín, San Francisco Javier, San Virila de Leyre, San Raimundo de Fitero y San Veremundo de Irache. Preside la sala la cruz parroquial del en plata dorada, del siglo XIX, con San Juan y la Virgen góticas.
En la sala dedicada a columbario parroquial se ha colocado un magnífico Crucificado de hacia 1500, con rasgos todavía góticos.
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